Por Francisc Lozano*
Pero Nairo, que es un guerrero de mil batallas, tenía algo guardado para nosotros: ganó una etapa en Le Tour, y sirvió de inspiración para que Egan Bernal, un chico de 22 años, hoy sea el campeón de esa competencia europea. Pero no un campeón cualquiera: el primer campeón latinoamericano de Le Tour.
De izquierda a derecha: Sergio Henao, Nairo Quintana, Egan Bernal y Rigoberto Urán. Imagen tomada de: twitter.com/UranRigoberto/
Los colombianos no sabemos de puntos medios: Aquí pasamos de
la tristeza máxima a la alegría absoluta en cuestión de segundos y viceversa.
Un día alabamos a nuestros deportistas, y al día siguiente los apaleamos como
si fueran las peores criaturas sobre la faz de la Tierra.
Recientemente, la Selección Colombia lucía sólida en su paso
por la fase de grupos de la Copa América, y los colombianos estábamos
rebosantes de felicidad y confianza, pero llegó el encuentro contra Chile, y
nuestros futbolistas se convirtieron en los‘peores’de la historia. No hubo transición.
Después vino el impresionante logro de Juan Sebastián Cabal
y Robert Farah en Wimbledon, y olvidamos los triunfos de todos los demás. Y
llegó el Tour de Francia, y nuestras esperanzas estaban puestas mayormente en
Nairo Quintana, uno de los mejores deportistas que ha dado Colombia, pero Nairo
no parece estar en su mejor momento, y comenzamos a criticarlo como si
hubiésemos perdido la memoria: Nairo ha estado en el podio de las tres carreras
ciclísticas más importantes del mundo, ganando La Vuelta a España y el Giro de
Italia. Pero Nairo, que es un guerrero de mil batallas, tenía algo guardado
para nosotros: ganó una etapa en Le Tour,
y sirvió de inspiración para que
Egan Bernal, un chico de 22 años, hoy sea el campeón de esa competencia europea.
Pero no un campeón cualquiera: el primer campeón latinoamericano de Le Tour.
Sí, Egan es el receptor de todos honores hoy, como debe ser,
pero este “es un triunfo de todos”, como acertadamente dijo Rigoberto Urán.
Pero no es un logro de todos los colombianos, aunque así lo sentimos. Es un
triunfo de todos los deportistas de este país, que surgen de las circunstancias
más adversas que uno se pueda imaginar, y casi siempre sin el apoyo estatal.
Pero también es un triunfo de todos los que pedalean en estas hermosas pero
empinadas y accidentadas tierras colombianas, desde quienes llevan domicilios
hasta quienes encuentran en el ciclismo un medio para divertirse. No quiero
olvidar a ninguno de quienes pedalean, porque Rigo, Nairo, Egan, María Luisa
Calle y todos los ciclistas profesionales en este país son la realización del
sueño de millones de personas que se suben todos los días a sus ‘caballitos de
acero’.
Hoy es el día de Egan, pero no nos olvidemos de los logros
deportivos de Nairo, Rigo, ‘Cochise’, Parra, Calle, Botero, Orlando Duque,
Cecilia Baena y todos los demás patinadores, María Isabel Urrutia, Mariana
Pajón, Caterine Ibargüen, ‘Lucho’ Herrera, la
Selección Colombia, Juan Cabal y Robert Farah, Pantano, Gaviria, Rentería,
Oscar Figueroa y los miles, sí miles, de deportistas que siempre dejan el
nombre de este país en alto, aunque el país sea tan desagradecido con sus
impresionantes e improbables hazañas. La grandeza de nuestros deportistas no se
mide en cuántas etapas ganan, ellos son tan increíbles que su grandeza se mide
en títulos de boxeo, ciclismo, atletismo, natación, halterofilia, patinaje,
tenis, fútbol y demás.
¡Gracias
por devolvernos la alegría, heroes sin capa!