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jueves, 19 de diciembre de 2013

El valor moral de Mandela

Por: Desmond Tutu*


Nunca antes en la historia fue un ser humano tan universalmente reconocido durante su vida como la encarnación de la magnanimidad y la reconciliación como lo fue Nelson Mandela. Él puso a un lado la amargura de soportar 27 años en prisiones del Apartheid –y el peso de siglos de división colonial, subyugación y represión– para personificar el espíritu y la práctica de ubuntu (1). El entendió perfectamente que la gente depende de la gente para que los individuos y la sociedad prosperen. Ese era su sueño para Sudáfrica y la esperanza que representó para todo el mundo. Si era posible en Suráfrica, era posible en Irlanda, era posible en Bosnia y Ruanda, era posible en Colombia, era posible en Israel y Palestina. Por supuesto, en el espíritu de ubuntu, Madiba estaba pronto a señalar que él solo no podía tomar crédito por los muchos espaldarazos que recibió en su camino, ya que estaba rodeado por gente íntegra más brillante y joven que él. Eso es solo parcialmente cierto. La verdad es que los 27 años que Madiba pasó en las entrañas de la bestia del Apartheid profundizaron su compasión y su capacidad de empatía con los demás. Encima de las lecciones sobre liderazgo y cultura a las que fue expuesto durante su crecimiento como persona y mientras desarrollaba una voz sobre política anti-Apartheid para la gente joven, la prisión pareció agregar un entendimiento de la condición humana. Como el diamante más precioso tallado bajo la superficie de la tierra, el Madiba que emergió de prisión en enero de 1990 era virtualmente sin defectos. En vez de clamar por su libra de carne humana, proclamó el mensaje del perdón y la reconciliación, inspirando a otros con su ejemplo para extraordinarios actos de nobleza de espíritu. Él encarnó lo que proclamó -era la palabra viviente. Invitó a su anterior carcelero para que asistiera a su inauguración presidencial como invitado de importancia, e invitó a almorzar a la Presidencia al hombre que encabezó el caso del Estado en su contra en el juicio de Rivonia, donde se pidió la imposición de la pena de muerte. Visitó a la viuda del Sumo Sacerdote del Apartheid, Betsy Verwoerd, en el enclave de Orania, exclusivo para Afrikáners blancos. Tenía un toque único para espectaculares actos de grandeza humana de enorme simbolismo que la mayoría volvería asunto de oposición. ¿Quién olvidará el electrizante momento en la final de la Copa Mundial de Rugby en 1995 cuando salió de los camerinos del Ellis Park con el número 6 del capitán François Pienaar en el jersey Springbok que tenía puesto? Fue un gesto que hizo más por la edificación de la nación y la reconciliación que cualquier cantidad de sermones de predicadores o discursos de políticos. Aunque siempre fue un hombre de equipo, Madiba se sentía cómodo en su propia piel, confiado en su habilidad para distinguir lo correcto de lo incorrecto, tanto que mostró pocas de las inseguridades asociadas con muchos políticos. Era capaz de aceptar críticas e incluso estaba preparado para disculparse cuando sintió que debía pedir excusas. Tuvo el valor moral y ético, durante y después de su presidencia, para hacer y decir cosas que no siempre estuvieron de acuerdo con la política oficial de su querido ANC. Cuando la Comisión de Verdad y Reconciliación (TRC) publicó sus hallazgos, a muchos de los cuales se opuso fuertemente el ANC, Madiba tuvo la elegancia de aceptar públicamente el reporte. Otro ejemplo fue el establecimiento, a través de su fundación, del primer lugar rural de tratamiento del SIDA en Suráfrica, en un momento en que el gobierno respondía confuso y dudoso a la pandemia. Cuando uno de los comisionados de la TRC fue acusado en una audiencia de amnistía de estar involucrado en el caso ante la comisión, el Presidente Mandela autorizó una comisión judicial para investigar. Después, la secretaria del Presidente me llamó para conseguir los datos de contacto del comisionado. Yo caí en cuenta de que el Presidente quería tranquilizarlo, pero le dije a la secretaria que como jefe de la comisión yo debería conocer primero los resultados de la comisión judicial. A los pocos minutos el Presidente mismo estaba al teléfono diciendo: “sí, Mpilo, estás en lo cierto. Lo siento”. Los políticos encuentran muy difícil pedir disculpas. Sólo grandes personas se disculpan con facilidad, aquellas que no son inseguras. ¿Pueden ustedes imaginar lo que nos habría sucedido si Nelson Mandela hubiera emergido de prisión erizado de resentimiento ante el flagrante aborto de justicia ocurrido durante el juicio de Rivonia? ¿Pueden imaginar dónde estaría Suráfrica hoy si él hubiera estado consumido por la sed de venganza para devolver todas las humillaciones y toda la agonía que él y su gente sufrieron en manos de los opresores blancos? Por el contrario, el mundo estaba pasmado, más bien, sorprendido, por la inesperada transición pacífica de 1994, seguida no por una orgía de venganza y retribución sino por la maravilla del perdón y la reconciliación epitomizados en los procesos de la Comisión de Verdad y Reconciliación. No fue una sorpresa que su nombre se elevara por encima de cualquier otro cuando la BBC hizo una encuesta para determinar quién debería guiar los asuntos de nuestra Aldea Global cargada de conflictos. Un coloso de intachable carácter moral e integridad, la más admirada y reverenciada figura pública del mundo. El pueblo simpatizó con él porque sintió hasta la médula que realmente se preocupaba por ellos. Estaba consumido por la pasión de servir porque creía que el líder existe solo para el objetivo del liderazgo en sí, no para el auto-engrandecimiento o auto-promoción. La gente siente esto; no se les puede engañar, por ello es que los trabajadores de la planta de Mercedes Benz en Eastern Cape le regalaron un carro especial que fabricaron como muestra de aprecio. Por eso es que cuando fue a Inglaterra en su postrera visita de Estado, la policía tuvo que protegerlo de la multitud, que podría haberlo aplastado de puro amor. Usualmente las cabezas de Estado son protegidas en visitas oficiales para garantizar su seguridad contra aquellos que pudieran ser hostiles. Su pasión por servir lo llevó a continuar su larga marcha. Incluso después del retiro. Así hizo campaña vigorosa por aquellos afectados por HIV y SIDA, incluso cuando el gobierno que le sucedió pareció fallar al enfrentar la epidemia; y continuó levantando fondos para niños y otros proyectos, todos para otros y no para él mismo. ¿Tenía él debilidades? Por supuesto que las tenía. Su principal debilidad era su continua lealtad a su organización y a sus colegas. Retuvo en su gabinete ministros mediocres y hasta francamente incompetentes que debiera haber despedido. Su tolerancia con la mediocridad, puede argumentarse, sembró las semillas para los más altos niveles de mediocridad y corrupción que vendrían después. ¿Fue un santo? No si un santo es completamente sin falla. Yo creo que estaba santificado porque inspiró a otros poderosamente y reveló en su carácter, transparente, muchos de los atributos de la bondad de Dios: compasión, preocupación por los otros, deseo de paz, perdón y reconciliación. Agradezco a Dios por este notable regalo para Suráfrica y el mundo. Que descanse en Paz y se levante en la Gloria 

*Desmond Tutu: pacifista sudafricano, colaborador cercano de Nelson Mandela. Recibió el Premio Nobel de la paz en 1984 por su trabajo en la reconciliación africana. En la actualidad es arzobispo emérito de Ciudad del Cabo

1. Nota del traductor: dice Desmond Tutu en su comentario fúnebre sobre Mandela, que éste personificó el espíritu y la práctica de ubuntu. ¿Qué es ubuntu? Según la Wikipedia, se trata de una regla ética sudafricana centrada en la lealtad de las personas en sociedad. Se considera un concepto tradicional que viene de la lengua Zulú y que se ha cristalizado en dichos como “umuntu, nigumuntu, nagamuntu” que significa “una persona es una persona a causa de los demás”. Ubuntu es un concepto filosófico usado por la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, que dirigió Desmond Tutu durante la transición a la democracia. Según Tutu “una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos”. El término se considera el pilar conceptual de la nueva república sudafricana y se le relaciona con la idea de un renacimiento africano. 

Versión en inglés: The Washington Post 
Traducción al español: Fernando Libreros